Cuando los demonios llaman a la puerta

A veces no te das cuenta de tus propias fortalezas hasta que te encaras con tu mayor debilidad. Susan Gale

Todos tenemos fantasmas. Y todos nos hemos dejado arrastrar por las tinieblas. El lado oscuro nos acecha, nos prepara trampas y caemos en ellas una y otra vez, porque la naturaleza humana tiene doble cara, tiene luces y tiene sombras. Por eso es importante no bajar la guardia, no ceder a la tentación de creernos tranquilos y en paz. Porque la pelea no termina hasta que morimos.

Con cada batalla uno sale herido. Los demonios dan donde más duele, buscan nuestras mayores debilidades y atacan sin piedad. De eso trata la vida, de enfrentarnos a esa parte de nosotros mismos que nos hace tropezar a diario. Es una gran guerra dónde el enemigo no somos más que nosotros mismos tomando decisiones equivocadas; dónde perder la fe en que todo pasa es sinónimo de rendirse al caos. Pero todo pasa, de verdad.

Veritas Veritae - Cuando los demonios llaman a la puerta

Cada uno tiene sus propias luchas, sus miedos, sus temores, sus monstruos debajo de la cama, su criptonita. Pero no hay más que decidir que ya tenemos suficiente, que ya nos hemos cansado de perder, que estamos hartos de caer, para levantarnos, sacudirnos el barro de la cara y cerrar la maldita puerta en la cara de nuestros fantasmas. Nadie nos tumba y queda indemne. Si buscan pelea, les damos pelea.

Porque nadie decide por nosotros, porque nadie tiene el derecho a hacernos sentir cobardes. Porque ni siquiera los demonios tienen el copyright de nuestras decisiones, eso es algo que solo depende de cada uno. Yo pego los derechazos, yo resurjo de los escombros, yo escojo mis asaltos. Porque tal vez existir en este mundo no lo hemos decidido nosotros, pero sobrevivir sí es cosa nuestra, y de nadie más.

By: María Ros

14 pensamientos en “Cuando los demonios llaman a la puerta

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  8. Pues la verdad es que sienta muy bien leer cosas así de vez en cuando. Porque hay momentos de debilidad que pensamos que otros podrán con nosotros, que serán quienes decidan, y eso no podemos permitirlo. Porque nosotros somos dueños de nuestras vidas.

    Me ha encantado. Un abrazo.

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  9. Gracias por la reflexión, me ha animado mucho en un momento en el que soy más consciente que nunca de que hay demonios con los que, simplemente, tengo que aprender a convivir.

    Porque luchar también agota y hasta para luchar hay que saber elegir el momento. Si el momento acompaña, lucharemos hasta conseguir una tregua. Pero cuando las fuerzas faltan lo mejor es convivir, simplemente convivir con ello.

    Un saludo, me ha encantado leerte

    Sara

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    • Gracias por compartirlo Sara. Es un placer que te haya gustado leerme, sobre todo si he podido empatizar contigo aun sin conocerte, esa es la magia que sucede cuando escribes.

      Respecto a tus demonios, no te preocupes, «todo pasa, de verdad», todo acaba pasando. Date tiempo, ármate de valor y pelea hasta el final. Pero sí, mejor cuando seas lo suficientemente fuerte como para vencer. Hay q saber, como bien dices, escoger el momento oportuno. ¡Ánimos!

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